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domingo 18 de julio de 2010
Porque a los italianos les gusta hablar de comida


Cuando se vive, o simplemente se viaja, en el extranjero, el ejercicio mas común es tentar de entender como "es" este "otro" con que nos relacionamos-enfrentamos todos los días.
El "otro", normalmente, pasa de ser ser interesante, fascinante a detestables, insoportable en instantes con la agitación de una mezcla explosiva de amor rechazo nostalgia fascinación competición. Y el análisis de las costumbres, de los códigos, de los valores, consuma una gran parte de las energías mentales que en vez de suspender el juicio se esmeran en una comparación constante que termina casi siempre en una repetición de lugares comunes. Es un mecanismo que funciona hasta en las mentes mas abierta y cosmopolitas...
Me ha tocado escuchar argentinos que frente del Duomo de Milán me han dicho: "Pero la catedral de Lujan es mucho mas grande!" y italianos me han dicho paseando por Buenos Aires: "Y pero esto se parece a Palermo" (y le conteste´: estamos en Palermo!).
Bueno, un día paseando en una de las magnificas librerías que hay en Buenos Aires me choqué con este libro:
"Porqué a los italianos les gusta hablar de comida" de Elena Kostioukovitch, que es, para hacerla corta, nada menos que la docta traductora de Umberto Eco al ruso, y el mismo Eco ha escrito la prefación al libro.
Así que viviendo en un lugar "ajeno" y confesando mi mala costumbre de poner bajo la lupa el "otro" me dió gana de saber que piensa el "otro" de algo que me pertenece, el ser italiana.
Y, ademas, leerlo en castellano me dió un mayor sentido de ser en el lugar del "otro".

La cosa que mas ha llamado la atención de la autora es esta pasión de los italianos para la comida y sobre todo el hablar sobre comida con detalles técnicos y sutiles.
El "compagno della mia vita" (lo escribo en italiano pues me dijeron que la traducción castellana suena un poco a utopía revolucionaria de los años '70), me contó que cuando vino a Italia, una de las primeras veces, se juntó con un grupo de estudiantes universitarios que, no solo empezaron a preparar la comida , si no que también empezaron a discutir sobre el rol del queso parmesano en la salsa de tomate y sobre el tipo correcto de pasta para usar con dicha salsa. Se quedó asombrado: como es que chicos de poco mas de 20 años le prestaban tanta atención a la comida ?
Si lo quieren saber lean este libro delicioso que los llevará a pasear por toda Italia geográficamente y historialmente y culturalmente y descubrirán 28 maneras de guisar carne, pescado, huevos y verduras, 27 salsas y jugos para pasta (solo los clásicos, por supuesto), y 8 paginas y media de combinaciones de formatos de pasta y salsas (pobre nosotros los celiacos...sigh).
Lo que puedo anticipar es que mucho de esto hablar de comida tiene que ver con la identidad y con el pertenecer a una comunidad.
Por lo tanto es muy aconsejable a todos los argentinos de origen italiana (que no son pocos..) aunque en realidad también aquí en la Argentina se habla de comida (sin la obsesión italiana), y el tema pasa por una cuestión de etnia: la pasta y la pizza de los italianos, el pescado de los españoles, lo knishes y preztel de los judíos, la pastelería de la tradición alemana o inglesa, los guisos y las empanadas de los criollos hasta terminar todos al lado del fuego con un rico asado y una buena copa del excelente vino argentino.
Ultima cosa: en la portada está la foto del Posto di Conversazione (Lugar de conversacion) que es uno de mis restaurante favoritos en Milan...pequeña nota nostalgica.

PERCHE' AGLI ITALIANI PIACE PARLARE DI CIBO

Quando si vive, o semplicemente si viaggia all'estero, l'esercizio piú comune e' quello di cercare di capire come "e´" questo "altro" con cui ci si relaziona-confronta tutti i giorni.
L' "altro" di solito passa dall'essere interessante, affascinate a destestabile, insopportabile in pochi istanti con l'agitazione di una miscela esplosiva di amore, rifiuto, nostalgia, fascinazione, competizione. E l'analisi delle abitudini, dei codici, dei valori consuma una gran parte delle energie mentali che invece di sospendere il giudizio si impegnano in un confronto costante che si conclude quasi sempre in una ripetizione di luoghi comuni.
Mi e' capitato di ascoltare argentini che davanti al Duomo di Milano hanno detto: "Ma la cattedrale di Lujan e' molto piu' grande!" e italiani che mi hanno detto passeggiando per Buenos Aires: "E questo sembra Palermo" (a cui risposo: siamo a Palermo! Palermo, e' un quartiere di Buenos Aires).
Bene, un giorno passeggiando in una delle magnifiche libreríe di Buenos Aires mi sono scontrata con questo libro:
"Porqué a los italianos les gusta hablar de comida" (Perche' agli italiani piace parlare di cibo) di Elena Kostioukovitch, che, tanto per farla breve, e' la dotta traduttrice di Umberto Eco al russo, e lo stesso Eco ha scritto la prefazione al libro.
Sicché vivendo in un luogo "alieno" e confessando la mia cattiva abitudine di mettere sotto la lente "l'altro", mi e' venuta voglia di sapere che pensa "l'altro" di qualcosa che mi appartiene, l'essere italiana.
Inoltre leggerlo il spagnolo ha aumentato il senso di "estraneitá", la visione dell'"altro".

La cosa che ha piu' intrigato l'autrice e' questa passione degli italiani per il cibo e soprattutto il parlare di cibo con dettagli tecnici e sottili.
Il compagno della mia vita mi ha raccontato che quando venne in Italia, una delle prime volte, si riuni' con un gruppo di studenti universitari che, non solo cominciarono a preparare da mangiare, ma inziarono anche a discutere sul ruolo del parmigiano nel sugo di pomodoro e sul corretto tipo di pasta da abbinare al suddetto sugo. Rimase si stucco: come mai ragazzi con poco di 20 anni davano tanta importanza al cibo?
Se lo volete sapere leggete questo libro delizioso che vi fara´passeggiare per tutta Italia geograficamente, storicamente e culturalmente e scoprire 28 maniere di cuocere carne, pesci, uova e verdura , 27 salse e sughi perr la pasta(solo i classci, ovviamente), y 8 pagine e mezzo di combinazioni di formati di pasta e sughi (poveri noi celiaci...sigh).
Quello che posso anticipare e' che molto di questo gran parlare di cibo ha a che vedere con l'identita' e con l'appartenere a una comunita', e quindi e' molto consigliabile agli argentini di origine italiana (che non sono pochi).Iin realta' anche qui in Argentina si parla di cibo (senza l'ossessione italiana) e diventa una questione di etnia: la pasta e la pizza degli italiani, il pesce degli spagnoli, i knishes e i preztel degli ebrei, la pasticceria di tradizione tedesca e inglese, gli stufati e le empanadas dei criollose ma finendo poi tutti a fianco del fuoco di un buon asado con un bicchiere di eccellente vino argentino.
Ultima cosa: nella copertina c'e' la foto del Posto di Conversazione che era uno dei miei ristoranti preferiti a Milano...piccola nota nostalgica...

Publicado por Glu.fri cosas varias sin gluten en 16:52


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