http://blogs.grupojoly.com/mil-sitios-bonitos-cadiz/2010/03/21/por-que-a-los-italianos-les-gusta-hablar-de-comida/



Por qué a los italianos les gusta hablar de comida

No es mío el título. En realidad corresponde a un libro escrito por Elena Kostioukovich (no, a mí tampoco me decía nada antes este nombre), y se trata, según la autora, de “un itinerario a través de la historia, la cultura y las costumbres”. A pocos libros se les puede aplicar con tanta propiedad el calificativo de delicioso. Para nosotros, en nuestro último (penúltimo) viaje a la Toscana fue tan guía como la Lonely Planet y la Routard que también llevábamos. Era casi leer el capítulo y probar el plato descrito, o viceversa, con lo grato que resulta comprobar que lo escrito corresponde con lo comido. Descubrir lo que es el lardo (tocino) de Colonnata, el atún de Chianti (que en realidad es cochinillo hervido en vino y después metido en aceite, y así se supone que sabe a atún, este no lo probamos); la historia de la enorme y exquisita vaca de raza chianina (uuuuhm); de cómo el movimiento Slow Food ha logrado entre otras cosas recuperar el sabroso cerdo cinta senese, que es negro como el nuestro pero con una cinta blanca en el pecho, de ahí su nombre (estupendo carpaccio casero que nos pusieron en Cortona), y tantísimas cosas.

Un libro que es a la vez de cocina y de historia, de viajes y de costumbre, rebozado en un gran amor por ese país excelso, irrepetible que es Italia, una tierra rebosante de arte, también en su comida. Es imposible andar por la península sin que entren ganas de comer y de hablar de comida: viñedos de Toscana, excelsas tiendas de alimentación en Bolonia, anuncios de ‘pecorino di Pienza’, escaparates de pasta, mercados en la calle, terrazas con el buen tiempo.

Por qué a los italianos les gusta hablar de comida, escrito por Elena Kostioukovich, está editada en España por Tusquets y tiene un sabroso prólogo de Umberto Eco. Kostioukovich es ucraniana, y profesora de Literatura rusa en la Universidad de Milán. Activa difusora de la literatura italiana en su país, en este libro se demuestra además como una gran amante de ese país grande, amable, impresionante y seductor como pocos. Una obra para viajeros por Italia y para amantes de la buena cocina, si es que ambas cosas pueden ir por separado, que no creo. Ha sido para mí un placer ¡Que disfruten!